LA LEYENDA DE TIKI: UNA HISTORIA DE LA CREACIÓN

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El dios Tiki vivía en Havaiipo, el mundo especular de oscuridad, y allí era jefe de varios espíritus. Sintiéndose solo fue a la orilla del mar y creó un niño de arena que luego recubrió y se fue.

Volvió tres días después y se sorprendió al ver una pequeña colina en el lugar donde había enterrado al niño. Separó la arena y encontró a una hermosa mujer a la que llamó Hinatunaone y que se convirtió en su esposa.

Tuvieron un hijo y una hija capaces de procrear. Tiki decidió buscarles un lugar donde vivir, por ello se fue de Havaiipo y halló un lugar en el océano donde ordenó que surgiera la tierra de Nukuhiva y colocó allí a sus nietos.

Pronto hubo demasiada gente; entonces miró de nuevo al agua y ordenó que se elevara Uapou. Se fue de Nukuhiva, donde la gente construyó una imagen en piedra de él, pero aún creó otras tierras nuevas a medida que la población aumentaba: Uahuku en el este, Hivaoa en el sur, Tahuata que fue poblada por gentes de Uahuku, Mohutani como lugar de descanso y Fatuhiva, poblada por habitantes de Hivaoa.

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