Los luba del Zaire creen que Kalala Ilunga fue el fundador de uno de sus reinos. Pasó sus primeros años en la corte del rey Nkongolo, o Arco Iris, que aparece en numerosos mitos de la sabana central
Un día, Mbidi Kiluwe, un príncipe del oriente, fue a cazar al país de Nkongolo, que hizo todo lo posible por complacer a su huésped. Le dejó a sus hermanas gemelas y ambas quedaron encinta: Bulanda tuvo un niño, Kalala Ilunga, y Mebela gemelos, niño y niña. Nkongolo reconoció a Kalala Ilunga como hijo suyo y Mbidi Kiluwe regresó a su tierra. De mayor, el muchacho llegó a ser el mejor bailarín y corredor del país, y Nkongolo, celoso de su fama, decidió matarlo. Preparó un foso lleno de estacas puntiagudas oculto en la pista e invitó a Kalala a participar en un concurso de baile, pero avisado del peligro por su tamborilero, el muchacho cruzó el ríoLualaba y se refugió con su verdadero padre. Mbidi le dio un ejército para que luchara contra Nkongolo, que huyó con sus hermanas al monte Kaii, al oeste; pero las hermanas lo traicionaron ante sus hombres, que lo decapitaron. El espíritu de Nkongolo vive en forma de serpiente, que a veces se aparece como ateo iris.