El sistema de adivinación más célebre en África es el de Ifa, empleado por los yorubas. El adivino (siempre un hombre) coge 16 frutos de palma de un árbol del que no se haya destilado vino, se sienta ante una bandeja de adivinación y divide los frutos a partes iguales entre la mano derecha y la izquierda, ocho en cada uno. Agita los frutos y pasa la mayoría de los de la mano izquierda a la derecha, acción que repite hasta que sólo le quedan uno o dos en la izquierda. Sí le queda una, traza dos marcas en el polvo de la bandeja de adivinación; si le quedan dos, una marca. Repite el proceso hasta que haya ocho grupos de marcas en la bandeja, figura llamada odu que hace referencia a una serie de relatos simbólicos que el adivino recita de memoria a su cliente. Sigue recitando hasta que el cliente reconoce intuitivamente el relato cuyo mensaje se aplica a su caso concreto.
Existen 256 permutaciones (es decir, 16 al cuadrado) en el sistema de Ifa. Se emplea un sistema muy similar, pero menos complejo, en el sur de África, donde se tiran cuatro piezas de marfil o hueso tallado que forman 16 combinaciones posibles de significados simbólicos. Los fon de Benin han adoptado el sistema de adivinación de Ifa con el nombre de Fa. Según este pueblo, el Gran Dios creador, Mawu, puede determinar el destino de todo ser humano y revelarlo por mediación del oráculo Fa. Pero Elegba pone en juego ciertas estratagemas para escapar al estricto gobierno del mundo impuesto por Mawu, por lo que todos deben hacer ofrendas iguales al Gran Dios y a él.