Durante el trance inducido por drogas se le aparecen al chamán imágenes y dibujos sobrenaturales. Unos narcóticos potentes, como la ayahuasca, crean visiones vividas, multicolores, en las que las formas naturales pueden ser recombinadas, ampliadas o reducidas. Muchas se consideran sagradas. Imbuidos de poder protector, estos dibujos se pintan en casas comunales, se aplican sobre la piel durante las fiestas rituales y se usan como base para la fabricación y decoración de cestas, telas y cerámica. Estos dibujos son representaciones simbólicas de hechos mitológicos y héroes culturales, y vinculan los objetos y la arquitectura de la vida de cada día con el reino sagrado de los antepasados.