LA CALDERA DEL DAGHDHA

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La cacerola del Gran Padre desempeña un papel fundamental en la Fiesta del Otro Mundo, idea que aparece en la literatura con tratamientos paralelos. En la Fiesta de Goibhniu, el dios de los infiernos es el Herrero Divino: quienes comen y beben a su mesa no envejecen ni mueren. También aparece la caldera de Da Derga, que guisa continuamente para los hombres de Irlanda, y al pertenecer al Gran Padre, la caldera del Daghdha debe considerarse simplemente como prototipo de todas ellas.

La caldera del Daghdha es fuente de abundancia: «ningún comensal se marchó jamás insatisfecho». La Segunda Batalla de Magh Tuiredh contiene un relato sobre la humillación de Daghdha. Durante una tregua antes de la batalla con el Daghdha los fomorianos, sabiendo que es su plato preferido, le preparan una enorme cantidad de gachas de avena con la idea de burlarse de él. Llenan la caldera con 80 medidas de leche y las mismas de avena y grasa y añaden cabritos, ovejas y cerdos. A continuación hierven la mezcla, la vierten en un agujero del suelo y ordenan al Daghdha que se lo coma todo o lo matarán. El dios se lo comió todo e incluso rebañó los restos con los dedos, tras lo cual se quedó dormido. Al despertarse vio a una hermosa muchacha, pero no pudo hacer el amor con ella porque tenía el vientre enormemente hinchado.

En la literatura galesa, y sobre todo en la historia de Branwen, hija de Llyr, también aparece una Caldera de la Resurrección. Ponen en la cacerola los cadáveres de unos guerreros, encienden una hoguera debajo y a la mañana siguiente los guerreros salen tan fieros como siempre, pero privados de habla.

La caldera de este relato es de origen gales. La Caldera de la Resurrección no es una idea irlandesa, pero existen paralelismos con otra que sí lo es, la de devolver la vida a los muertos bañándolos en un foso lleno de leche o arrojándolos a un pozo sobre el que se han entonado conjuros.

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